El 11 de septiembre el SAT dio a conocer un decálogo que lo denomino como las prácticas del buen mexicano en materia fiscal, que básicamente es un listado de puntos que el contribuyente debe siempre tener en cuenta. Vamos a analizar punto por punto lo que dice este documento que curiosamente sale en el mes patrio.
Análisis del decálogo que publicó el SAT
Si bien es curioso que este decálogo lo haya sacado solo un par de días después de que se publicara el paquete económico, así como todas sus propuestas de reforma, también es curioso que salga esta información en el mes patrio, algo que si duda es una buena forma de incentivar a los contribuyentes que todos debemos pagar impuestos si caemos en los supuestos adecuados.
Estoy localizable. Este primero punto básicamente lo que nos dice es que debemos estar en el domicilio que proporcionamos cuando nos dimos de alta en el SAT, y si no, al menos toda la información financiera que marca el CFF. Aunque parece absurdo, existen muchas organizaciones que tienen domicilios fantasmas y solo son cascarones de verdaderos emporios escondidos bajo empresas fantasma.
Siempre tengo la opinión del cumplimiento de mis obligaciones fiscales positiva. No hay más, este punto habla de que siempre debemos presentar nuestras declaraciones.
Mantengo contacto con el SAT. Este punto es algo debatible para ciertos contribuyentes, pues no siempre el SAT da los mejores canales de comunicación, aunque sí podemos dar fe de que ha mejorado mucho en los últimos años.
Soy honesto en relación con los ingresos que percibo. Aunque esta parte ya es bastante complicada de esconder, la autoridad básicamente nos expresa que no digas mentiras en tus ingresos, ya sea por medio de las declaraciones o por no reportar ingresos que se perciben en efectivo, por ejemplo.
Denuncio ante el SAT. Sin duda el gobierno quiere que estés al tanto de lo que ocurre alrededor de ti, y esa es la mejor manera: denunciando.
Reviso. Este punto básicamente nos incita a que debemos revisar con quién hacemos operaciones, para que no las realicemos con aquellos que están en la lista negra, por ejemplo.
Verifico el domicilio de mis proveedores. Esto va muy de la mano con lo anterior, y esto es que no hagas o realices operaciones inexistentes con otros contribuyentes.
Solicito a mis proveedores las cuotas obrero patronales. Esto pareciera fácil de entender, en realidad quiere que le digamos a todos nuestros proveedores que nos den sus declaraciones del pago de las cuotas IMSS, algo que, sinceramente, difícilmente va a ocurrir, especialmente por la información que se maneja, así que consideramos que este punto está de más.
Contar con documentación de mi mercancía. Y esto para que el SAT se asegure de que no estamos contrabandeando mercancías, especialmente del extranjero.
Aplicación de controles de vigilancia. Si bien, es cierto que el SAT nos expone el “decálogo” del buen contribuyente, este punto, al igual que el 8, creemos que está de más, pues cumpliendo todos los demás puntos, este ni si quiera debería enlistarse, quizá la autoridad quiere que nos volvamos también sus auditores.
¿Para qué servirá el decálogo?
Este decálogo, que más bien parece un código de ética, es lo que ha puesto el SAT y la autoridad para que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones, que si bien, siempre hemos sido pro de las buenas conductas fiscales y consideramos que una cultura de finanzas y de impuestos correcta siempre beneficiará al país, una cosa es hacerlo a través de las formas correctas y otras por medio del terrorismo fiscal, pues en otras palabras el gobierno nos orilla a ser buenos contribuyentes con base en el miedo. ¿qué opina usted amado lector?
La Ética contempla una serie de normas que no están escritas y emitidas por un órgano jurisdiccional o legislativo, pero suelen usarse como referencia para crear leyes que regulen conductas de la sociedad.
Cada profesión cuenta con un Decálogo, que, en términos de la Real Academia Española, se trata de un “Conjunto de normas que se consideran básicas para el desarrollo de cualquier actividad”. Encontramos el Decálogo de Código de Ética para las Enfermeras y Enfermeros de México, el Decálogo del Psicólogo, y los Décalogos que formulan y aplican las universidades públicas y privadas de México.
Parecería que le fue impensable al Servicio de Administración Tributaria que la materia fiscal no contara con un Decálogo aplicable al contribuyente. Y se hizo un esfuerzo por resumir en diez conceptos las actividades que un contribuyente debe y no realizar a fin de contribuir al gasto público y ser un facilitador de información en caso de conocer sobre la existencia de prácticas ilícitas.
Este decálogo puede servirle al contador para explicar a los contribuyentes en términos generales sobre las obligaciones fiscales a cumplir. Sin embargo, el Decálogo da especial enfoque a desalentar al contribuyente a participar en esquemas agresivos e ilegales que pretendan reducir su carga fiscal o ayudar a que un tercero obtenga un beneficio indebido. Para un contador puede ser fácil comprender este concepto, pero a un contribuyente no; puede ser díficil para él determinar qué conducta puede formar parte de un esquema fiscal agresivo.
Si el Decálogo pretende ser dirigido a contribuyentes sin preparación fiscal, por motivos puramente informativos y no para crear obligaciones o derechos distintos a los contenidos en la ley, se puede ser más claro y específico y señalar por lo menos dos conductas ilícitas usuales:
- “Jamás prestes tu nombre, documentos e información personal con el objetivo de efectuar negocios a tu nombre, si es que tú no eres quien efectivamente realiza dichas operaciones”.
- “Factura solo las operaciones que tu empresa haya realizado; comprueba que el concepto que te facturen corresponda con lo que hayas comprado o con el servicio que te hayan prestado”.
La simulación y los prestanombres son los principales virus que lesionan la salud fiscal de México. Y el desconocimiento sobre las principales prácticas fiscales ilícitas aumentan la probabilidad de que se incurra en ellas. El Decálogo fiscal puede cumplir su objetivo si es más claro y específico con los contribuyentes que, por ejemplo, pagan el IVA al efectuar sus compras y no lo saben.
Autores: César Cervantes y L.C. Sonny Daniel Díaz Cayetano