Sé que la fecha aún está muy distante, pero recuerdo cuando el IETU salió, allá por el 2008, o cuando se introdujo el IMPAC. Veamos más cerca: la factura electrónica. Pues bien, la contabilidad para pymes de forma electrónica ya empezó a cocinarse en las oficinas gubernamentales. Un cambio más de nuestro amado gobierno que deja con la eterna promesa de un mejor país, pero analicemos con más profundidad.
Luego de que todos lloramos por la lamentable muerte de Cerati (aunque para muchos él ya lo estaba desde hace tiempo), el gobierno se aseguraba de abrochar ahora a las personas que manejaran una pyme y que no fueran RIF, y a esto, sumarle que la brecha tecnológica se la pasa por el arco del triunfo, ¿y por qué digo esto? Porque a nuestro querido sistema de tributación (SAT), se le ocurrió la hermosa idea de iniciar una propuesta para que las personas físicas lleven su contabilidad en línea, al menos para las pymes.
Contabilidad para pymes, ¿cómo sería?
Básicamente el esquema sería muy parecido a lo que hoy en día es la aplicación de Mis cuentas, sistema que ya usan aquellos que estén incorporados al Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), pudiendo llevar su contabilidad por este medio, o bien, por el sistema de Pagos Referenciados.
El próximo año ya se plantea llevar algunas pruebas piloto con contribuyentes a fin de poder evaluar si el programa es viable llevarlo a cabo o dejarlo en el tintero, aunque ciertamente dudo que se quede en el tintero.
Aristóteles Núñez Sánchez ha dicho que además este nuevo esquema ayudaría a las pequeñas y medianas empresas a enviar declaraciones del tipo informativas, así como llevar un registro de los gastos y de los ingresos de las personas físicas en cuestión y así llevar una contabilidad para pymes más rígida, y de este modo llevar una contabilidad electrónica de forma general.
Además, añadió que no sería únicamente para personas físicas de régimen general, sino que también serviría para aquellos que tienen arrendamiento, con actividades empresariales o emitan recibos de honorarios. Algo que de algún modo puede resultar atractivo. En cualquiera de los casos es un hecho que la única y gran finalidad es ampliar la base de datos de contribuyentes y que al mismo tiempo paguen impuestos.
Así que ya saben, mientras seguimos cantando Cuando pase el temblor, solo nos queda prepararnos para las nuevas reformas que siguen cocinándose y no parecen tener fin.
Vía | El Financiero