Cómo prepararse para una entrevista de trabajo

La entrevista de trabajo es un tema que ha sido por demás estudiado en muchas ramas, desde Psicología hasta Lenguaje corporal. Muchos le temen a estas citas en donde debemos demostrar si estamos interesados y, más importante aún, si estamos capacitados para el puesto a desempeñar.

A continuación te voy a dar consejos muy importantes y útiles para que vayas muy bien preparado a esas citas y entrevistas de trabajo que a más de uno hacen temblar.

Puntualidad. Por el amor de Dios, no seas impuntual a la hora de una entrevista de trabajo. ¿Sabes qué denota ser impuntual en la cita? Denota tu falta de respeto y hace entender a los entrevistadores que así como llegas tarde a la entrevista, así también entregarás tarde el trabajo que te encomienden. Si no sabes dónde queda el lugar de la entrevista, te sugiero que uses google maps. Hoy en día no hay pretexto de llegar tarde.

Investiga a la empresa. No solo es el ir a trabajar por trabajar, se trata de tomar un rol dentro de una empresa, y si no conoces a la empresa a la que deseas ingresas, ¿cómo podrías dar el ancho? Ojos, muchos entrevistadores tienen la costumbre de preguntar “¿Qué sabes de la empresa?”, y si no tienes una respuesta congruente (porque suelen haber los típicos choreros que dicen todo y nada a la vez), estás fuera.

Presentación. En cualquier trabajo es indispensable ir presentable. Normalmente las personas que nunca han trabajado en su vida tienen una extraña tendencia a ir a las entrevistas vestidos como si se acabaran de levantar (O sea, ¿qué pedo?). No, por supuesto que vestirse de una u otra forma no tiene que ver con la inteligencia o lo que se sabe, pero refleja respeto y compromiso con hacer BIEN las cosas. Así que cuando vayas a una entrevista, péinate, báñate, ponte algo decente (si es para un puesto administrativo el pantalón y camisa son obligatorios), lávate los dientes y échate loción o perfume. La presentación habla mucho, muuuucho de ti.

Estudia. Si vas a solicitar un puesto de contabilidad, por ejemplo. Al menos estudia un poco los principios básicos y postulados. Si estás buscando ingresar como abogado, bien podrías darle unas cuantas leídas a las leyes. En cualquier caso, estudia, siempre es bueno refrescar los conocimientos por muy hábil que creas ser.

Durante la entrevista

Vale, ya llegamos al lugar puntual, bañado y medio estudiado. Ahora viene la hora de la entrevista.

Apaga tu celular. Por lo que más quieras, ¿qué es más importante en esos momentos? Salvo que un familiar tuyo esté recibiendo los Santos Oleos, no creo que haya muchas cosas más importantes. Para no hacer el cuento largo, no le des más importancia a otras cosas en ese momento que no sea al trabajo. Si suena el celular (que para acabarla de amolar siempre son tonos de pasito duranguense, el recodo, la banda el limón o grabaciones de la típica secretaria sensual que llama al jefe) en medio de la entrevista y lo contestas, sin duda reflejarás falta de compromiso y respeto, y lo que las empresas necesitan son gentes comprometidas con su trabajo.

Rompe el hielo. Ser natural no significa estarse callado, siempre inicia la conversación con un tema vanal. Un buen tema puede ser el clima, por ejemplo, o alguna comida o restaurante que hayas visto cerca del lugar. Eso sí, saluda con firmeza pero sin exagerar.

Buena actitud. Siempre mantén una actitud natural con el entrevistador, si estás mintiendo respecto a lo que dices, puedo asegurarte que él se dará cuenta. No seas excéntrico, hay cosas de tu vida privada que al entrevistador no le interesan (en primera porque acaba de conocerte, y en segunda porque no es algo relacionado con el trabajo directamente). Deja las bromas a un lado, esto no es un bar o un rato libre para ponerse a reír. Si tienes la oportunidad de hacer UNA observación que pudiera resultar chistosa, hazlo por naturalidad, no por agradar al entrevistador. Mira a los ojos a la persona que te está examinando, pero desvíala de vez en cuando, pues puede hasta pensar que eres un psicópata asesino.

No hables mal de tus trabajos anteriores. Si hablas mal, automáticamente estás fuera. No se trata de echarle tierra a los lugares en donde has trabajado, se trata de aprender cosas nuevas. Además, el hecho de hablar mal de otras empresas, implica que tú no asumes responsabilidades, y como lo dije antes, las empresas necesitan gente comprometida.

Honestidad. Si los entrevistadores te preguntan tus gustos o pasatiempos, no digas que haces ejercicio o que lees si en verdad no lo haces. Ellos se percatan casi de inmediato o incluso ya lo saben por tu Curriculum. Si escuchas la radio, dilo. Pero si te gusta jugar baraja, apostar o chelear con los amigos, ni se te ocurra decirlo. Ser honesto no significa que te des a conocer por completo. Si no tienes muchos pasatiempos que reflejen una habilidad de ti, mejor no digas nada y di cualquier vanalidad que te comprometa como “pasar el rato con la familia” o “Ir a jugar fútbol”.

Si sabes, sabes. Si no, pues no. En caso de que el entrevistador empiece a lanzarte preguntas de tu área, sé honesto. Si por ejemplo, te preguntan ¿cómo se integra un salario?, responde si sabes. Pero si no sabes, sé honesto. Esto es algo muy común y frecuente, en donde el entrevistado empieza a responder incongruencias y no responde la pregunta.

Pregunta. Recuerda que tú eres el interesado por la vacante del puesto, así que no tengas pena de preguntas más o menos de qué trata el puesto, qué se hace y con qué elementos.

Lleva copia de tu Curriculum Vitae. Con le llagada de la era tecnológica, se ha acostumbrado a solo enviar los documentos por correo electrónico, como portafolios y Curriculums. No des por hecho que la empresa ya tendrá tu impreso tu curriculum, así que imprímelo y llévalo contigo. Eso hablará también bien de ti.

El salario. Personalmente no te recomiendo que abordes el tema del salario o las prestaciones. Sí, tú no vas a hacer el trabajo gratis, pero considera que antes que el salario, buscan gente comprometida, como ya lo dije por tercera vez. Permite que sea el entrevistador quien aborde ese tema, de lo contrario, espera a una segunda entrevista.

Más allá de estos tips, recuerda que siempre la seguridad en ti y en lo que sabes valdrá a la hora final de elegir a un candidato. No temas a las entrevistas, finalmente lo más que puede pasar es que no te marquen, no te contraten y nunca más vuelvas a saber de esa empresa.

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