Ante las medidas actuales y el análisis que se están tomando para tratar de acabar (según la administración) con la practica ilegal de compra de facturas, las afectaciones no solo son para los supuestos sujetos, las consecuencias de la nueva forma de “fiscalización” comienza a tener resultados.
Falta de análisis a los problemas de origen
Para poder tener una, o varias, soluciones a un problema, es de vital importancia analizar todos los escenarios, y mas aun si se trata de problemas recurrentes.
En el caso de la compra de facturas, la falta de análisis al punto que da origen a tan grave delito es observable; ya que como se ya se ha comentado mucho, entre las principales “motivaciones” para caer en esta difícil situación, es el alto costo del cumplimiento fiscal, el cual no ha sido analizado con la profundidad y medición correspondientes.
Es urgente un análisis a las disposiciones que rigen y regulan el cumplimiento y pago de obligaciones fiscales, las consecuencias de tal falta están haciéndose más altas.
Aumento del desempleo y la poca inversión
Las afectaciones por la “persecución fiscal” que se ha desatado, no solo se esta aplicando a quienes debiera, sino a contribuyentes que siempre han cumplido o tratado en la medida de lo posible; y la carga ya no solo fiscal, sino administrativa esta ocasionando el cierre de muchas pequeñas empresas, lo que a su vez esta generando, o peor aún, aumentando el desempleo, y por el mismo camino, la disminución de la poca inversión.
Ahora si los puntos anteriores se multiplican, nos daremos cuenta del porque cada vez más, los negocios o los contribuyentes se ven en la necesidad de tener que recurrir a otras posibilidades para seguir operando, desde luego que existen contribuyentes que con toda alevosía incurren en el delito, pero el número de estos podría ser menor al actual, si se tuviera un buen sistema tributario, que más allá de la facturación o revisión, fuera más justo en las tasas tributarias.
Por último, cabe recordar a los trabajadores que también son los afectados, y no solo quienes se quedan sin empleo, sino a aquellos que no cuentan con seguridad social, y que, en un momento dado, no contaran con una pensión o algo que les ayude al termino de su vida laboral, derivado de los mismos efectos ya mencionados.
La fiscalización necesita otra estrategia basada en estudios y análisis previos para llevar a cabo su vigilancia; sin embargo, esta falta de planeación y estudio a los factores que intervienen en la economía, se sustituye y solo se enfoca a la “cacería de EDOS y EFOS”.