En las redes sociales podemos encontrar grupos enfocados a compartir opiniones y artículos sobre contabilidad. Sin programas educativos para contaduría, por supuesto que en estas plataformas cualquiera puede hacerse pasar como experto y alguno más como un noble “estudiante” que busca información para una “tarea”, aunque por esta cobrará sus honorarios.
Pero dejando de lado a aquellos “profesionistas” que buscan soluciones urgentes vía Facebook con tal de no estudiar por cuenta propia ni actualizarse, sí encontramos jóvenes que hacen cuestionamientos sobre temas escolares y que no encuentran información fresca… ¡claro! por tratarse de temas obsoletos.
Bibliografía anticuada en programas de contaduría
Gran parte de nosotros como contadores abrimos los ojos en esta materia cuando estaban en vigor los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados. Sin embargo, quizás el profesor basaba por completo su enseñanza en determinado libro de texto contable, de tal modo que aprendimos a contabilizar en base a un autor y no conforme a esos principios. Después, cuando surgen las Normas de Información Financiera, persistía la costumbre de enseñar contabilidad en base a un autor y alguno que otro profesor renegado optó por enseñar en base a Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados.
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Aunque gran parte de los programas de estudio en el nivel licenciatura ya incluyen a las Normas de Información Financiera, considero que quedan fuera del análisis y el estudio algunos temas que en la práctica profesional se aplican. Por ejemplo ¿saben los alumnos relacionar cada cuenta de la contabilidad con el código agrupador de cuentas del SAT? Es cierto que el catálogo que ofrece el Servicio de Administración Tributaria no debe considerarse como base para enseñar contabilidad, sin embargo debe enseñarse su uso en programas electrónicos.
Así que los libros sugeridos por los docentes y el programa de estudio deben incluir temas frescos y prácticos, y ser flexibles para estar al día con las disposiciones fiscales y de seguridad social que con frecuencia se modifican. En realidad no hay mejor libro de texto para enseñar estos temas que la misma ley.
Menos materias de relleno, más desarrollo de habilidades.
Cuántas mentes brillantes existen en las instituciones educativas, sentadas escuchando al profesor y llenando mecánicamente formatos siguiendo al pie de la letra una serie de instrucciones. Pero como dice un libro enfocado a la oratoria, “no hay una falta de liderazgo, hay una falta de líderes que sepan comunicar sus ideas” (Kláric, 2018, pág. 13).
Le vendría bien a los programas de la Licenciatura en Contaduría que se incluyeran más materias enfocadas al desarrollo de habilidades específicas como la redacción de temas contables y fiscales, oratoria y negociación, aunque esto implique sacrificar materias que solo vienen a engordar un plan de estudios bastante teórico. Hay que incluir materias que ayuden al futuro contador a desarrollar habilidades para explorar cualquier área de oportunidad y no limitarse a llenar formularios y seguir órdenes.
Si usted, apreciable lector, se dedica a la docencia, lo invito a compartir su experiencia con sus alumnos, a ofrecer temas actualizados aunque el programa de estudios se haya congelado en el pasado, a que motive a sus alumnos a mejorar su expresión oral y escrita. Sus alumnos se lo agradecerán en un futuro.