Y mientras se discute el presupuesto, no se dejan de presentar cambios, ahora en el Salario Mínimo. Este martes se dio a conocer otra noticia de gran relevancia, un tema que repercute directamente con la economía del país, nos referimos a la homologación nacional del salario mínimo, la cual se dará a partir del 1° de octubre de este año.
La petición hecha por el Congreso del Trabajo, y del Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México y así como por los Representantes de los Trabajadores ante la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, se dio por aceptada, la cual se trata de que desaparezcan las diferentes zonas geográficas, quedando solo una para todo el país y por lo tanto un solo salario mínimo, esto con el objetivo de que no haya discriminación de salarios por empleos similares.
Cabe señalar que la solicitud del Salario Mínimo ya se había hecho hace más de una década.
Desde el pasado mes de abril cuando se dio el primer cambio en relación al tema de los salarios ya se planeaba esta homologación, es por eso el aumento de la zona B, que sería de 3.70 pesos se dio en dos procesos 1.85 en abril, y para que este próximo mes de octubre quedara por la misma cantidad de la zona A (1.85 más): en 70.10 pesos.
¿El cambio al Salario Mínimo encarecerá los bienes?
Aunque se dice que este cambio no ocasionará un encarecimiento de los bienes y productos en el mercado, es decir, que aunque no nos llevará a un aumento considerable de la inflación, sí se deben de tomar ciertas medidas, de alguna manera rápidas, en cuanto a la desvinculación del salario mínimo, porque recordemos que desafortunadamente, el salario es la unidad de medida para otros conceptos, entre los más importantes los créditos hipotecarios que tienen la mayoría de los trabajadores así como las multas que se establecen en algunas leyes, en artículos pasados mencionábamos que se había dejado “un poco por la paz” el asunto de establecer una medida alterna, precisamente para liberar el salario, al parecer con esta homologación se está retomando el tema, ya que de lo contrario esto si sería contraproducente.
Esperamos que este sea el principio de la recuperación del poder de compra del salario, porque como mencionábamos al inicio de este artículo, el salario es parte de la base de la economía de un país, y no debe dejarse olvidado ni tomarse a la ligera en sus modificaciones.
También (como un punto de vista) se debería analizar las cargas impositivas que conllevan a pagar una nómina, porque si se trata de incentivar el empleo, y recuperar el salario real, estas cargas no ayudan mucho que digamos.